lunes, 6 de diciembre de 2010

Desengaño


Memoria, último reducto secreto del hombre inseguro.
Mi corazón, primera víctima del inesperado asalto,
contenía una armada invencible de sentimientos difusos,
derrotada por el fatal destino de un desdichado perdido.

El camino deslumbrante se ensombreció rara
y súbitamente. En el túnel del ocaso estoy,
la luz del día tan lejos parece ahora, cuando hace
 apenas unos meses me enceguecía hasta
obligarme a cerrar los ojos y pellizcarme para tener la certeza
de no soñar despierto.

¿Soñar despierto? ¿qué es? sino idealizar
una realidad sin sabor, sombría.
Ahora, despierto soñando,
lenta pero seguramente. ¿En qué?

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